martes, 23 de agosto de 2011

No word...

Una recomendación para escuchar con la lectura. Escrito escuchando ésto mismo.



No word...


No... no estoy seguro de cómo comenzar... ésta vez son varias... demasiadas cosas para decir. La síntesis de cualquiera le restará significado.

There are no tears... I don´t know the reason, but I got no tears.

No hay llanto. No hay una lagrima que recorra el rostro, que brille a la luz del atardecer, que esté acompañada de un "tin" de copa de cristal. Por dentro, puede que haya un río completo... en cambio, en el exterior, no he podido llorar, por más que me lo ha pedido el cuerpo.

Es lo que tiene tratar de derribar un muro con una pluma, ahora por segunda vez. El desánimo aflora, la mente me pide que deje de intentarlo. Me estoy destrozando contra el muro. Bueno. Muros mayores han caído, hay está el de Berlín para demostrarlo.

(Intervalo en el que he tenido una charla respecto al tema, trascendental, por lo que la opinión ha variado)


Muros mayores han caído. De piedra. Afortunadamente, no es el caso. Toca dejar de intentarlo.
En su momento dije que era el momento de actuar. Fingir.
Ahora, ya no es así.
Ahora, es el momento de dar la cara a la realidad. No es fingir. Es olvidar. Por primera vez en años, es olvidar.
Es curioso, y si cierto post-estudiante de psicología católico leyera ésto, creo que entendería porqué lo digo, que sea yo el que trate de olvidar.
Muy curioso, puesto que durante años, ha ido en contra de mi manera de actuar.

Al final, todo lo que queda son los recuerdos. Y sin ellos, ¿que somos?
¿Gente más feliz?

Quiero que quede clara una cosa. No es arrepentimiento por haberlo hecho. No me parece mal lo que hice.
Es arrepentimiento por haber hecho pasar malos momentos o sensaciones a personas que no lo merecían, en el caso de que ésto halla pasado.
Es la falta de tacto. Es el agobio. Es la impaciencia. Son palabras vacías. Siempre son palabras vacías (Miento, no siempre).
Lamento que no se diera ninguno de los 10 finales previstos. Bueno, nada sale cómo se planea. Es una lección que tarde o temprano se aprende.
No creo que lo hice fuera malo. No creo que fuera un fallo. Ya lo dijo Coti en una de sus canciones: "Los errores no se eligen".


Bueno, aconsejado por la única persona que creo que ha comprendido el tema en su totalidad, y por mucho que duela... me temo que ésto queda aquí. Ya no hay más camino fuera de lo profesional.
Tal y cómo lo él lo ha descrito:


  • problema? que yo creo que no eres amigo de ella, sino que te gusta
  • asi que no pueds intentar finjir que es tu amiga porque no lo es

(Fragmento modificado para no mostrar nombres)

Así que aquí acaba todo. Lo que venga en un futuro próximo ya son solo detalles, esquinas por pulir.
Por si alguien quiere saber que es no poder llorar, he encontrado una entrada de un blogger venezolano que define muy bien la sensación.
Éste es el enlace:


http://luisbond.blogspot.com/2005/03/cuando-se-quiere-llorar.html


Ha sido un necesario capítulo de ésta historia.

lunes, 15 de agosto de 2011

Ante todo, nada de culpar… O cómo un vestido es capaz de hacer escribir


Nada que culpar, ¿queda claro?... desde el principio quiero que quede patente que con esto no le echo culpas a nadie, a nadie en absoluto.
Es, eres un quebradero de cabeza, una obsesión, una musa que provoca llantos, lamentos, quejas… me duele pensarlo, y me cuesta no hacerlo, todos los ríos que observo llevan al mismo mar... cada afluyente, un suspiro, una imagen, unas risas, un momento, todo… todo me lleva al mismo mar.

Lo que en principio no era nada, absolutamente nada, derivó en algo, ese algo en otro algo más profundo, e iluso yo, que viéndolo venir no hice nada, caí demasiado tarde en la cuenta de lo ocurrido. Habías arraigado demasiado dentro, muy profundamente, más de lo que creí en un principio, y se había expandido de manera que ahora, era casi una parte más, cómo si siempre hubiera estado ahí. Lo que podía ser enfermizo, y precioso, molesto, y necesario al mismo tiempo.

En su momento, aconsejado por amigos, y amigas, digamos, con más experiencia, con el ya famoso “el que no arriesga no gana”, caí en el, quien sabe si maldito o bendito, camino en círculos, camino obsesivo, fatal y dañino del que ahora no puedo salir. Cómo las redondas para los conductores americanos, ya lo conocía de haber oído hablar de ello, pero era la primera vez que me veía envuelto en uno de estos conflictos.

Que si inténtalo, que si hay más en el mundo… tópicos… creo que los amo, no puedo evitarlo, pero ahora, con éste tema, y con la situación que se creó… creo que la relación tópicos-yo se convirtió en amor-odio.

Conversando con un amigo, sadomasoquista por evitar horas de trabajo, ferviente impulsor de lo que cree, e indeciso en aquello en lo que sabe, no tiene ni idea, sabe perfectamente cuando conoce un tema, y aun mejor, cuando hablar sobre dicho tema.

Pues bien, hablando con tal personaje, me resumió, a mí y el público espectador que, indiscreto, intentaba enterarse de la película que en principio es de pase privado... resumió, que si bien esto, éste tema por generalidad es complejo, el caso en concreto tratado es lo más complejo, dentro de lo más complejo, a su vez dentro de lo más complejo de las generalidades del tema a conversar.

Quierese decir así… dijo que el problema que involuntariamente (¿Quién lo haría de manera voluntaria?) me había echado encima, además de ser complejo por naturaleza de las generalidades, estaba agravado por el hecho de que al menos una de las partes implicadas es, sinceramente, el caso de persona más profundo, y hágase presente mi falta de vocabulario, complejo, que jamás ninguno de ambos habíamos conocido previamente (y a día de hoy, también con posterioridad).

Nada de lo que conocíamos para otros casos era considerado aplicable a éste, por el hecho de que no era cualquier otro caso, era, es, éste caso, estos hechos, y no ningunos otros. Debido a esto, éramos, soy incapaz de entender la cuestión desde todas sus perspectivas, todas las incógnitas permanecen siendo tales, y cada paso que doy me hace dudar si me acerco o me alejo (lo cual, he de decir, no impide que siga dando pasos).

Tal vez sea el propio hecho de ser el caso cómo es lo que me atraiga tanto.

Precioso vestido, el rojo.
Mira lo que me está haciendo escribir.

sábado, 13 de agosto de 2011

Anoche, la luna, tan bella, y tan molesta...

Cómo ya he hecho alguna vez, te recomiendo poner alguna canción de fondo que acompañe tu lectura, tal vez la pueda hacer más interesante, o intensa... al menos, te puedo decir que yo lo he escrito oyendola (y merece la pena saber cual es la traducción, es una increible canción, muy, muy reaista sobre ciertas cosas)
Perdonen las molestias por la publicidad inicial.



Y ahora, Maldita luna, tan preciosa, y tan molesta...

11 y media, espero a que sean las 12, sentado en una roca, cerca del una estatua tremendamente iluminada, lo cual le resta mucha, mucha autenticidad... Se ve la luna, ascendiendo lenta, muy lentamente sobre el mar, dejando un rastro de luz sobre las pequeñas olas, cúmulos de agua, que tímidos, asoman sobre la superficie, miran fugazmente al cielo, y vuelven a las profundidades, a la espera de poder volver a salir.

Y es precisamente, esta noche, la luna, grande, blanca, orgullosa, como pocas veces al mes, la que me impide ver lo que deseo. Su brillo, casi cegador, obstaculiza las demás estrellas, tanto fijas cómo fugaces, y estropea éste único espectáculo. Aun así, ¿porque no mirar?... Son ya las 12 y poco, y tumbado sobre una enorme roca que parece blanca, increiblemente incómoda, usando las manos cómo almohada, me quedo mirando el cielo, las pocas estrellas que se ven... ni siquiera se oyen los bares, discotecas y cafeterías cercanas, el sonido del mar rompiendo contra el acantilado es tan cercano, y tan fuerte, que no se oye otra cosa... aparentemente, porque no dejo de escuchar una cancioncilla, muy conocida, "can´t take my eyes off of you" de Frank Valli, internamente... varias frases son, sencillamente, una verdad para muchas personas - "you are just too good to be true, can´t take my eyes off of you" - ciertamente, enteramente es una obra de arte para enamorados... si al menos la entendieran, porque la versión que se hizo en español deja mucho, mucho que desear... aun así, lo recomiendo, si sabes inglés escuchala atentamente, si no, o bien disfrútala tal y cómo es, o busca lo que significa... (Mis agradecimientos a Naoko por ayudarme a encontrar el titulo de la canción)

Finalmente, pasadas las 12 y media, mas aburrido que cansado, me levanto... que lastima no haber llevado una cámara de fotos, la luna sobre el mar, sin otros elementos de por medio, es preciosa.

Can´t take my eyes off of you...

viernes, 12 de agosto de 2011

Y nos dieron las 10, y las 11...

Ahora mismo, 21:02 de la noche, empiezo ésta entrada, y finaliza la canción.
Sentado en la plaza de un puebecito turístico-portuario, un pueblecito que se siente completamente independiente de Mazarrón (si, ese pueblecito), espero a que un amigo me responda a dos llamadas, solo para poder preguntarle que si trabaja ésta noche, aun sabiendo que las respuesta es sí, para entonces poder preguntarle como se llama el karaoke donde trabaja, porque sinceramente, por lo general no me acuerdo.

Y mientras espero, suena a mi espalda la versión únicamente acústica de esa canción de Joaquín Sabina, esa tan conocida que versa "y nos dieron las 10, y las 11, las 12, la 1, las 2 y las 3... y desnudos al anochecer nos encontró la luna...", o algo similar... y recuerdo las largas noche de pequeño, mas tardes, que noches, en las que en mi casa solo escuchábamos esa canción, por las insistencias de unas veces uno, unas veces otros...

Que curioso me resulta, a la vez, que halla el azar tenido el capricho de poner en el café-bar desde el que suena dicha, canción, que tantos recuerdos me trae, y tantas ilusiones, por defecto, me crea.

Y a la espera de que termine el ocaso, y de lugar a la noche, aguardo a ver la primera de esa poco conocida lluvia de estrellas, las Perséidas, que aunque duran varios meses, es precisamente hoy cuando más se ven, cuando más brillan, cuando ha sonado esa canción...

Bueno, pues nada mas que decir, aparte de expresar mi mas sentida queja a dicho amigo, que se resiste a contestar las llamadas...

Y me pregunto, para cerrar la entrada - ¿Donde estaré, esta noche, aguardando a ver el espectáculo nocturno con el que llevo teniendo una cita por año desde hace ya más de los que recuerdo?
Probablemente en un mirador, aun ni idea de cual... ¿Y que más da? Tal vez el de Bahía, tal vez Pico de Águila... tal vez el de una estatua (creo que aquí la llaman el Corazón de Jesus), o mejor aun, en la zona que da directamente al mar cercana a ésta, pues estaría lejos de algo de la contaminación más insípida de todas... las lumínica... sí, probablemente sea ésta última, me gusta más y nunca he estado allí... Perséidas, si no cambio los planes, os veo a las 00:00 en aquel mirador...

jueves, 11 de agosto de 2011

Publicaré de nuevo una vida...

Tinta, papel... de nuevo, comenzar a reescribirse... aun conociendo el final, ser capaz de definir el camino, pues cómo dice la ya conocida frase "no importa cual sea el destino, importante es cómo recorras el camino"
Pues así, cada uno puede escribir, filmar, componer, imaginar y dibujar, no cómo quiere que sea su camino, es más cómo realmente lo será.

¿Cuantas veces le habrá dicho una persona a otra "vaya, parece una película" en referencia a un hecho real?
Pues bien, yo sostengo que si realmente quieres vivir una escena de película, algo especial, algo que nunca podría darse de manera fortuita, algo que "solo pasa en las películas"... no se puede esperar a que pase por propia inercia, de manera casual... hay que buscarlo, ir a por ello, sea la escena que sea, aun sabiendo que tienes más posibilidades de vivir una que de vivir otra...

Escenas de ciencia-ficción... amigo/amiga, lamento decirte que estas son un caso aparte... aunque no descartes que se puedan dar, por improbables que sean.

Escenas de acción... búscate una pelea, si no encuentras acude a la Plaza de Sol, que aunque las manifestaciones son pacíficas, los anti-disturbios no.

Escenas de amor. ¿Que hay más romántico que un largo y apasionado beso bajo la luz de la luna? Pues miles de cosas, aunque esta creo que está bastante bien, es un buen tópico de película romántica... enamorados que leen éste blog (pocos, pocos, creo yo)... mañana, día 12 de Agosto se produce, en el cambio con el día 13, la mayor lluvia de estrellas fugaces visible en España en verano... las Perséidas... un beso bajo la una caída de estrellas quedaría genial en un plano de película.

Escenas de comedia: vaya, vaya, si son las escenas más comunes... nada que observar, dado que son muy frecuentes (Estas si que se dan por la propia inercia del camino).

Si crees que falta alguna escena por detallar, que hay alguna escena imposible (my friend, imposible is imposible), o que simplemente falta algo, ésta entrada-reflexión queda abierta a los comentarios que abajo querais publicar.

Resumen

Las escenas no se esperan, se buscan y se crean. Si quieres una vida de película, vive una vida de película.

sábado, 6 de agosto de 2011

Oteador...

Son más de las doce… hace rato que la luna ilumina aquel pueblo costero. Sus rayos, reflejados desde el astro oculto, muestran un mar que, sereno, convive pacíficamente con los puertos y playas del lugar.
Él,apoyado en la baranda del mirador, observa la oculta por las sombras inmensidad del mar, que se presenta ante el con majestuosidad y orgullo. El sonido de las olas al romper contra las paredes naturales que existen bajo el mirador acompañan en exclusividad los pensamientos del hombre, que pierde su mirada en la difusa línea invisible que divide el mar del cielo.
Ella es el principal motivo de su estado. Hace tiempo, él decidió olvidarla. Hace algo menos, cayó en la cuenta de que esa decisión no le pertenecía.
Ahora, apoyado en la baranda de aquel mirador, suspira, a la espera de que alguna señal le dijese aquello que que deseaba, aquello que no ocurriría, aquello que le atormentaba.
Mientras, ella, ajena a cualquiera de los internos problemas del primero, se enfrenta a los suyos propios, sin saber que involuntariamente, se ha convertido en el principal problema del que una vez intentó ir más allá. Más allá de los formalismos, de las costumbres, de inquietudes, miedos e indecisiones. El que decidió vivir un momento soñado, y no quedarse en lo real, y con la propia realidad se chocó de frente. Culpa suya por haberlo intentado. Culpa suya por soñar.
Y él, aun en el mirador de aquel pueblo, medita, sobre los últimos acontecimientos. Ahora, despues de haberse lanzado y estrellado, ahora, tarde, se da cuenta de la magnitud de su intento. Su error fue que de ella no lo vió todo. Vió lo bueno que tenía cómo persona en sí, vió su forma de pensar, de actuar y de ser, y se sintió atraido por ello. Lo que no vió es que atado a todo esto ademas se encontraba una mujer de increible sensualidad, con un poder de atracción que él, cegado por sus pensamientos en la parte etérea de ella, no había sido capaz de ver.
Aunque hay que señalar que no se arrepiente. De haberlo visto todo, de haberse dado cuenta de que aquella persona por la que empezaba a sentir algo era aun más especial, increible, única de lo que había imaginado, es probable que jamás lo hubiera intentado. Es posible que la imposibilidad de verla completamente fuera aquel último paso que necesitaba para hacer lo que hizo, lo que nunca había hecho antes. Es posible que fuera su error lo que le diese pie a intentarlo, a equivocarse, y sentirse cómo ahora se sentía.
Cómo un arma de doble filo, se presentaban las dos posibilidades. De no intentarlo, siempre hubiera conservado la sensación de haberse perdido algo importante, dentro de su propia vida, de haber dejado escapar la oportunidad. De intentarlo, tal y cómo lo hizo, fracasaría en su intento, y esto quedaría siempre pesandole, una carga, una derrota, que por alguna razón, aun intetándolo constantemente, y mediante múltimples medios, era incapaz de soportar.
Así, aun se mantiene apoyado en la baranda de aquel mirador, oteando el horizonte, y de vez en cuando, mirando brévemente el camino que llegaba hasta su posición, esperando ver fugazmente un oportunidad, que caminara hacía él, que le diese la felicidad que no alcanzaría.
Pues ahora ella ya no es solo el objeto de sus pensamientos. Ahora, y en contra de la voluntad del propio oteador, es además su musa, aquello en lo único en lo que sus pensamientos son capaces de centrarse por sí solos. Ahora ella es lo único sobre lo que es capaz de escribir.