lunes, 30 de abril de 2012

Tell me about love - Prólogo

O cuéntame eso que no te quiero preguntar

Llega a Completamente Típico un proyecto titulado "Tell me about love", una guía para chicos sobre el amor, escrita desde la más absoluta (casi) inexperiencia, lo que le aporta un grado de objetividad extinguido en los libros y recetarios de amor comunes.

Basta de gente que te cuenta cómo le fue en sus primeras experiencias y cuál era su plan ideal. Ahora alguien que no se ve influenciado por opiniones personales te cuenta cuál es la táctica perfecta, el plan de una perfecta primera cita, o dónde cortar esa relación que no te gusta sin montar un espectáculo mediático.

En los siguientes capítulos contaremos con la colaboración de otras personas dispuestas a dar su opinión acerca del rompecabezas más antiguo del hombre (o la mujer) retomando las raíces cítricas (adelante, tómate un momento para visualizar un limón... ¿ya?) que pudieron caracterizar a este blog en sus inicios.

Deja de quedar cómo el malo, inexperto o simplemente el que no sabe llevar un relación. Con esta guía no conseguirás absolutamente nada, aunque puedes reírte un rato, o hacer dibujitos en los márgenes de las páginas.

Se acabó el maldecir a ese que creó las primeras citas, el cortejo y esos rollos de las indirectas. Con esta sencilla guía comprenderás al instante que quería decir esa mirada - ¿me guiñó un ojo, o era que le picaba después del encuentro con la manada de mosquitos-tigre?


jueves, 5 de abril de 2012

A mis amigos (III)...

Lectores de cualquier parte, hoy quiero retomar una actividad que inicié hace meses, que consistía en el reconocimiento en vida a las aptitudes, características y demás acompañamiento a aquella persona que se aventure a llamarme "amigo".

Cito ahora un fragmento que publiqué en la primera entrada de esta cadena:
Durante unos instantes, sin venir a cuento, me he planteado lo que significa un amigo. Un amigo es aquella persona que te deja una marca en algún lugar indeterminado. Y me he planteado el hecho de lo triste que me parecía que a los amigos se les reconocieran sus virtudes delante de sus familias, habiéndole dado el pésame, y no durante vida y disfrute de las partes constituyentes de la amistad.

Por ello, me he decidido a cambiarlo, con aquello que yo pueda hacer, y por esto, queda inaugurada la sección  de "A mis amigos...", donde espero mencionar, recordar antes de tiempo y expresar mi gratitud a todas aquellas personas que en los últimos meses se han ido haciendo un hueco, algunos de manera involuntaria, en ese estante en el que guardo a mis más preciados amigos.

Tal vez, si tú sales mencionado, pienses que lo que tenemos no es amistad, o que no es únicamente eso, tal vez te preguntes si lo que acaso compartimos no es una cierta enemistad, tal vez no quieras aparecer (en cuyo caso, te ruego que me lo comuniques), tal vez pienses que nos conocemos muy poco, o que no te he sabido valorar. Espero que en cualquier caso sepas actuar en consecuencia.
Tal vez se me olvide mencionarte. Ojalá no te enfades.
Esto no suena bien, aun así, quiero ponerlo: Si murieras, lo expuesto en tu respectiva publicación estaría muy cerca de lo que en el momento de escribirlo pienso de ti. Hasta entonces, disfrutemos lo que podamos.

Pues bien, ahora que ya conoces el cometido de esta algo macabra jugada, tal vez te interese saber que en este caso el presunto fallecido será Juan.



Queda decir antes de comenzar que la canción, creo que del gusto de Juan, que el título refleja algo que tener presente: la gente cambia, y lo que escriba ahora, o halla expresado antes, puede cambiar, balancearse, por lo que lo que pensaba cuando escribí sobre ciertos temas puede variar.

A mi amigo, Juan...

De nuevo, pongámonos en situación. Juan ha fallecido. Un terrible accidente de tráfico. No se ha podido recuperar el cadáver. Al parecer se ha disuelto al entrar en contacto con la lluvia. Los equipos de rescate solo han recuperado una pequeña muestra blanca, encontrada en charcos cercanos a los que misteriosamente acudían gaviotas. Se trata de NaCl.

Bueno, vale, más suave. Juan ha fallecido y el motivo aun no se conoce. Nos encontramos en su entierro. Naturalmente, se trata de un entierro muy oscuro, muy frío. Llueve agua de mar. La gente trae algunas pertenencias de Juan que albergan la esencia del difunto. Unas natillas caducadas, muestras de hongos, productos de los gemelos artesanos y unos cuantos Rabbids.

La gente se dispone a decir unas palabras por Juan. Mi turno:
Juan... Juan era un tío excelente. Una gran persona. Duro por fuera, y mullido a abierto por dentro. A pesar de su carácter frío, de creerse una persona distante, muchos conocemos que era un hombre simpático, y que sus constantes intentos por sonreír podrían haber dado fruto si hubiera tenido más tiempo...
Su fuerte personalidad, perseverancia y determinación eran puntos de agarre para aquellas personas que éramos sus amigos, y su conducta será recordada por lo impecable de su comportamiento.
Bueno Juan, algunos de los párrafos que le dediqué a Javi estaban referidos a los dos (los párrafos en lo que hablaba de "vosotros", y no aparecían las palabras "alegría", "sentido del humor" y "sonrisa"). No quiero copiarlos, porque sería algo descortés, aunque sí te digo que tienen el mismo sentido para ambos.

¿Que decirte? Que cómo ya sabes, has aportado a mi vida un punto de vista nuevo, mucha amistad y humor, y nociones básicas de biología (o cómo destrozar un ser vivo en nombre de la ciencia biológica). Que has sido un elemento muy importante en los últimos meses es un hecho.
Quería agradecerte el ser esa persona atípica que se establece cómo uno de mis amigos, y el que gracias a ti y a tu hermano no he abandonado completamente Pantalla de Neón (¿ves?, aquí también hago referencias al otro gemelo, cómo en su entrada).

Eres una persona salada, un auténtico "soy el borde que no es borde". Me has dado tu opinión de persona un año mayor en alguna ocasión, y también es algo que te quería agradecer.

Ha sido un placer conocerte, tenerte cómo amigo y poder disfrutar de tu, en ocasiones, silenciosa compañía.
Espero que lo sigas siendo mucho tiempo.

A la espera de la primera sonrisa, neonenHD.

Despertar...

Quedaba cinco minutos. Sonó el vapor soltado sobre cabina. El tren estaba a punto de partir. ¿A punto de partir a donde?

Ni idea, al abrir los ojos y desaparecer la metáfora, se encontró de nuevo acostado, en su cama, junto a ella.
Una noche agitada, mucho paseo, mucha calle, mucho coger la mano, fuegos de artificio, risas, calor, bebida, llegar a casa y no dormir.

Respiró lentamente. No quería despertarla. Con apenas cuatro horas de sueño, y un perfecto día nublado, húmedo, iluminado por el sol indirecto que se filtraba entre las nubes, el descanso era la receta del día.

Se incorporó sobre la almohada, respiró su aroma, acarició su pelo con los dedos, y terminó de levantarse.
Ella se movió ligeramente. Él se acercó a la ventana, alzó los brazos y notó cómo uno a uno todos sus músculos recuperaban la movilidad. Los notaba, vivos, debajo de la piel.

Apoyando el codo en el marco, miró a través del cristal. La calle, vestida de sábado, aun húmeda por la lluvia nocturna, se sustentaba bajo el manto de nubes gracias al vapor que emitía el asfalto y la piedra caliente. La gente, apresurada, cruzaba la calle, leía el periódico, o simplemente caminaba en alguna dirección. Niños, familias paseando, animales de compañía, solitarios empedernidos y viajeros con mochila por casa.

Saldría por el desayuno, café, croissants, chocolate caliente, todo servido en bandeja de plástico común, con el logotipo de alguna cadena de cafeterías. Volvería corriendo, con una sonrisa por matrícula, puerta del edificio, escalones, primer piso, segundo, tercero, recibidor, llaves, -"buenos días"- y primer beso de la mañana.

Cuando despertó, buscó su pelo con los dedos, y encontró un sobre. Se incorporó, abrió el sobre y dentro encontró una tarjeta escrita a mano con tinta negra, en la que se podía leer - Te veo esta noche -.

Sonrió.